sábado, 23 de abril de 2022

AQUEL MURCIANO QUE SALIÓ A PROCESIONAR CON UN MUERTO A CUESTAS....

 Hola de nuevo a todos/as!!!
Por fin los tiempos de la pandemia han ido mermando sus fuerzas, aunque me temo que aún no podamos cantar la deseada victoria. Ahora llegan nuevos y renovados tiempos, en donde hacer la vista atrás no sólo es para los románticos sino para todos aquellos que aún nos sorprendemos con las historias, algunas para no dormir que ocurrieron en estas, nuestra tierra. Por eso hoy, habiendo pasado ya la semana santa, y terminando las coloridas y alegres fiestas de la Región de Murcia, os he traído un suceso de esos que a más de uno se le hará extraño leer este suceso, e imaginarse tan macabra y retorcida escena, pero como para gustos están los colores y cada uno tiene una interpretación única y personal de las cosas, pues los hay que queriendo ser unos adelantados y tomándose las cosas al pie de la letra, se pasaron varios pueblos y protagonizaron un cuadro que bien podría haber inmortalizado el pincel de Velázquez o la pluma de algún ilustrado murciano que pudiera escribir el relato mientras tomaba agua sin atragantarse si quiera.
La escena es la siguiente: en una Murcia ancestral, existía una procesión muy antigua, de penitencia pública, donde los supuestos arrepentidos, cargados de pecados hasta los pelos, caminaban por las calles de la ciudad, de manera pública, expuestos ante el resto de los ciudadanos,  caminando arrodillados, cargados con maderos pesadísimos (dependiendo su peso de la afrenta, claro), grilletes y cadenas, con sayos sucios cubiertos de ceniza (por aquello de polvo eres) todo en un intento de expiar sus inconfesables y oscuros pecados, saliendo tres noches por semana, de esta guisa, procesionando por la ciudad. Hay quien dice que en el cielo, esto no provocaría llantos, sino carcajadas, la contemplación de esta peculiar y dolorosa (en todos los sentidos) comitiva procesional.
Hoy en día, se nos haría ridículo ver a nuestro vecino lleno de cenizas y arrastrandose por la ciudad, para quitarse de enmedio todo aquello que obró mal durante un tiempo definido. Pero en aquellos tiempos, había total libertad para salir a procesionar en esta procesión pública, que había creado la autoridad eclesiástica para la liberación del alma, que ocurrió lo inimaginable.
Era 1648 en un lugar indeterminado según los legajos, cerca de Santo Domingo que era donde se iniciaba el recorrido. Todos estaban en el inicio de la carrera, unos cargando los maderos, otros los grilletes, los embadurnados y los arrodillados, cada cual con lo suyo con total libertad de elección de acuerdo al betún de su alma. De golpe y porrazo, se presenta un buen parroquiano (o malo, porque iría a tope de pecados que para eso salía en la procesión), cargando con un muerto, un fiambre, más tieso que la mojama, del que no se sabe si era con él con quien tendría una gravísima deuda espiritual, para haberlo desenterrado y portado cual madero.
Ya nos imaginamos que no le dejarían salir en la carrera arrastrando al finado, sino que le detendrían y volverían a enterrar el cadáver.



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UNA VOZ MISTERIOSA AVISA A UNOS NIÑOS DE UN INMINENTE DESPLOME....


10 de junio de 1778, el noticiario de la ciudad de Murcia, se hace eco de una noticia, que aunque al principio parece normal, acaba con unos tintes más que extraños.

La historia era que unos chiquillos, en concreto los hermanos Barrera, Patricio, Mateo y Gonzalo, se encontraban en la antigua escuela de Cristo, concretamente en la capilla de oración, que estaba construida a los pies de la antigua parroquia de San Bartolomé, cuando de pronto, el techo que era de cañizo y adobe y las bóvedas de yeso, se vinieron abajo y se desplomó entera, convirtiendo la capilla según las crónicas, en todo un amasijo de escombros.

Pero los niños habían salido de allí ilesos, y por su pie, tan sólo 15 segundos antes del brutal suceso que sin duda, habría acabado con sus vidas.

Preguntados éstos, o mejor dicho, interrogados éstos por la prensa de la época, sobre cómo lograron salir antes de que ocurriera dicho suceso, los niños dieron una respuesta, que todavía hoy en día, muchos catalogan como un milagro digno de alabanza y es que lo niños dijeron, cuando recobraron el susto y el habla, fue que salieron segundos antes "porque una voz secreta, les había avisado del inminente desplome". 

¿Un ángel de la guarda tal vez? quién sabe, aunque eso de las voces, no es nada nuevo, pues en mi familia uno de mis antepasados se salvó de una muerte segura, y fué también una voz "incorpórea" quien le dió el aviso, pero eso ya es otra historia....



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¿UNA MALDICIÓN DE MOMIAS EN MURCIA?...

No, no son las de Egipto, sino unas cuantas momias más cercanas, porque ocurrió aquí mismo, en Murcia, el 15 de noviembre de 1835 nada más y nada menos.

Un par de soldados, del Regimiento de la Princesa, profanaron en esa fecha, en la actual iglesia de San Andrés, (antaño, iglesia conventual de san Agustín) los cuerpos de las momias de los fundadores de la capilla, que quizás fueron los Marqueses de Corvera (no se sabe si realmente fueron ellos o no), sus hijos, y un sacerdote, el padre Casquete, que yacía incorrupto, y al que los soldados, los hicieron trozos y lo redujeron a cenizas (sólo quedó la cabeza que está  en el convento de las Agustinas), y como en la maldición egipcia, los responsables de dicha profanación, los dos soldados, murieron misteriosamente esa misma tarde, uno presa de un ataque de locura y el otro apuñalado un mes después ¿casualidad o maldición?...

hay quién dice que los cuerpos no eran de los marqueses sino de otras personas nobles que los desenterraron y los resguardaron al cobijo de la iglesia, que estuvieran momificados no eran ningún misterio, porque en el lugar había poca humedad, y eso facilitó su conservación, y que después del análisis de los cuerpos, se dedujo que ninguno de ellos había fallecido por causas violentas. Y se optó por dejar los cuerpos en los ataúdes donde habían aparecido colocando una lápida sobre ellos. 

En fin, no sabemos si aquello de profanar y destrozar los cadáveres pudo convertirse en una maldición a lo egipcia, pero lo que está claro, que estos dos desdichados tuvieron una muerte, muy muy cruel tal vez por aquello de haber perturbado el sueño de los muertos...




¿Y tú lector de este humilde blog que crees? ¿Fue todo creado por la superstición o la creencia?...eso, lo dejo a tu elección, tu decides.


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