lunes, 18 de mayo de 2015

EL DOCTOR "MOUREAU" DEL CASTILLO DE OLITE MURCIA


La revista Nature publicó hace unas semanas una de esas extrañas historias que parecen sacadas de un guión cinematográfico, o literario. Es la historia del investigador Albaceteño (Hellín, 1961) Juan Carlos Izpisua, que ha logrado, parece ser con éxito, generar tejidos y órganos a partir de células pluripotentes, para trasplantar a quién tuviera los suyos dañados.
Pero lo que le hace diferente, lo que le distingue, es que para comprobar que estas células pluripotentes humanas (células madre) funcionan, se les han inyectado a animales.
De momento de le han inyectado a los embriones de cien "cerdas de una granja de Murcia", para comprobar si son capaces de crear animales con tejido y órganos compatibles con los humanos.
Hasta ahora han conseguido que que nazca un ratón con un páncreas creado a partir de células de rata.
Por ello, y a tenor de lo obtenido, parece ser que han encontrado toda una fuente de posibilidades y esperanzas para seguir desarrollando todo esto.

Lo ha conseguido desde Estados Unidos en colaboración con la universidad católica de Murcia.
Pero aparte de este magnífico logro, es sorprendente también la biografía de esta persona, de este investigador, ahora investigado.
hoy abandonado, hogar castillo de Olite
Cuando Juan Carlos tenía tres años, su padre se marchó de casa, dejando a la madre al cuidado de los hijos. Hasta los 5 o 6 años estuvo en un colegio de Hellín, pero como su madre trabajaba para sacarlos adelante, tuvo que ingresar a los tres hijos en el orfanato de la Alberca, Hogar  castillo de Olite, en el valle, en donde pasó cuatro años (hasta los 10 años). Cuando su madre  tenía vacaciones su madre iba a por ellos y los  llevaba a la campaña de la recogida  de almendras y a vender por ferias de pueblos el turrón que ellos fabricaban con ellas. También trabajó como pastor de ovejas o vendiendo globos.
A los diez años, su madre lo sacó del hogar y se lo llevó con ella a trabajar a Benidorm, como camarero, guitarrista, botones de hotel..
Según se dice en sus ratos libres le gustaba leer cualquier cosa que caía en sus manos.Hasta que el director del hotel, viendo su talento, le animó a sacarse el graduado escolar y el bachiller mientras trabajaba en el hotel. Y  a partir de esto vino un currículum impresionante:

-Estudios de farmacia en la universidad de Valencia,
-Doctorado y estancias posdoctorales en centros de investigación en Europa y EEUU.
-Jefe de investigación de la rama celular y genética.Salk Institute for biological estudies de La Jolla,
-Director del centro de medicina regenerativa de Barcelona.
-Doctor honoris causa y director de la cátedra de biología molecular.

Pero lo más sorprendente es que su hija cuando era un bebé perdió un dedo en un accidente, de forma espontánea el dedo se regeneró y quedó como sino hubiera pasado nada. Esto le suscitó la curiosidad por la regeneración humana en los mecanismos de desarrollo embrionario.
Está claro que este gran hombre se ha creado a sí mismo, se ha convertido en ciencia a  base de esfuerzos y de  investigar y jugarse el tipo con sus arriesgadas ideas, con las que puede llegar hasta  ganar el Nobel. Sería muy merecido por todo su esfuerzo y afán de superación por  el bien de la humanidad.

Todo esto me trae a la mente, la película a la Isla del Doctor Moreau, que también conocemos, y a un libro de los 80 de la biblioteca universal del misterio y terror de ediciones UVE, que se titulaba Oink!, oink!, y que trataba también sobre esto, aunque aquí pasa al revés, que son los cerdos los que quieren transformarse en humanos a través de operaciones de cirugía, con escenas donde se describe un matadero con mujeres desnudas siendo abiertas en canal y colgadas de ganchos, (muy similar a  Masacre en Texas y Motel Hell).


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