Así es, el erudito periodista, abogado e investigador de la literatura popular murciana, D. Pedro Diaz Cassou (1843-1902), fue testigo de una Murcia mágica, por donde corrían las leyendas como las aguas de la fértil tierra huertana, pasando de boca a oreja de padres a hijos, como legados de lo insólito, de aquello que una vez , cobró forma en este mundo, para después desaparecer sin dejar rastro alguno, tras haber dejado prueba de sus sortilegios, para bien o para mal.
Y es que, las leyendas y cuentos que recoge Cassou en su obra "La literatura Panocha: Leyendas, cuentos, perolatas y soflamas de la Huerta de Murcia" (editado en 1895), entre otros, son un reflejo más que interesante de las creencias populares en torno a la meteorología, que son reflejo de la fe de una sociedad agrícola y religiosa, en donde historias milagrosas de la Virgen, Grotescos animales endemoniados, apariciones extrañas, etc. hacen las delicias de esta tierra mágica, preñada de acontecimientos extraordinarios que un día se dejaron presenciar ante la atónita mirada de quién presenciaba tan extraño sortilegio.
Decir que éstas leyendas y cuentos, son reeditados por la Academia Alfonso X el Sabio (1982)- y dejan bien alto las altas capacidades de Cassou para recoger e interpretar estas historias dentro de nuestra piel de toro murciana. De este modo, su labor como recopilador de la literatura popular murciana se hace imprescindibles para quién quiera acercarse a estas píldoras de extraña realidad.
El único inconveniente de la obra es que está escrita en "panocho" cerrado y he tenido que traducirla para poderla entender. No ha sido muy difícil salvo alguna palabreja mas rebuscada, pero en general se entiende perfectamente. Y sin mas preámbulos, ni entretenimientos, paso a relatar e interpretar con mis palabras las leyendas mas sorprendentes de la pluma del maestro. Por cierto, he dejado algunas palabras originales de la época a las que puesto entre comillas (resultan curiosas a la par que divertidas).
Por supuesto, ni que decir que hay que leerlas para sacar todo el jugo de estas enigmáticas historias, de las que os dejo un resumen:
"DE COMO FABRICARON LA PRESA DE MURCIA LOS MOROS"
Esta leyenda hace alusión a la construcción de la presa La Parada y la Contraparada situada a unos kilómetros de Murcia. Y como parece ser que no se ponían muy de acuerdo en adjudicar la autoría de dicha obra, nació esta bella leyenda de la sabiduría popular.
En pleno proceso constructivo, de la titánica obra, a falta de unos cuantos retoques para su terminación, un día, se vino abajo lo creado "como el papel de fumar", y por mas empeño que se ponía por volver a levantarla no había forma humana en conseguirlo, cuando estando en éstas, apareció un misterioso personaje, que les increpó diciéndoles que eran 'unos animales empinaos', y les dio una serie de consejos para que diera resultado tamaña empresa. siguiendo sus consejos, la obra salio adelante, pero al poco, volvió a hundirse , y aquel enigmático personaje, de nuevo, volvió a hacer acto de presencia, e intentaron tirarlo al agua a empujones sin éxito. El hombre les indicó que todo era obra de un hechizo y que lo que tenían que hacer para deshacerlo era tirar una figura de la Virgen por la contraparada, por donde se iba el río....
Así lo hicieron , y ocurrió que donde cayó, se quedó el río seco para nuestra Señora no se mojara, y ésto, junto a otros fenómenos presenciados ante los atónitos ojos de los moros hicieron que huyeran despavoridos.
Se dice que aquel hombre era un demonio que quería reírse viendo como el río se llevaba a la Virgen, porque le tiene mucha 'tirria', pero ocurrió justo lo contrario: que fue ella quien se llevo al Diablo.
Hay dos pueblos en la huerta de Murcia que llevan ese nombre: Jabalí Nuevo y Jabalí Viejo, uno junto a otro.El nombre se le había dado, al parecer, por una acequia que antaño los moros llamaban Chabalí (Montés), porque era la última del Valle de Murcia y la más próxima a los montes. Pero la leyenda cuenta así: Hubo una vez un labrador en aquellas tierras, fuerte y fiero como un animal, pero hereje, Y un buen día le da un "dolorciquio" que después le dio más fuerte, y se dio cuenta que aquello era "dolor entripao", así que antes de que cayera la noche mandó buscar al barbero de la Ñora, que de estas cosas sabía bastante, que les dijo que lo único que ya le quedaba al pobre hombre era que le echaran "los cristos encima" (la extremaunción), así que , los buenos compadres, fueron al convento de los Jerónimos de la Ñora, y allí localizaron al padre Basilio, para que fuera a darle la extremaunción al enfermo, Era una noche oscura como la boca del lobo y muy ventosa, y el buen padre iba metido en sus cavilaciones atravesando todo tipo de sendas y caminos a oscuras, llegando a caerse varias veces y levantándose raudo para llegar a tiempo a atender al enfermo y darle un buen pasaporte para el otro lado. En esto que oyó un rugido brutal que le hizo estremecerse, mientras se daba cuenta de que ya había llegado a la puerta de la casa, en la cual, delante de la misma, había atravesado, un animalucho, que parecía un jabalí silvestre, pero con un aspecto mucho más siniestro de lo que había visto: los ojos rojos como brasas, una gran boca, con unos colmillos muy afilados....cuando en esto, el animal pegó un bufío y fue directo para el fraile, que, sin pensarlo dos veces se arremangó los hábitos y salió pitando, hasta que pudo esconderse y despistar al fiero animal. Pensó en si debía seguir con su difícil empresa, y pensó que tal vez podía despistar al animal y colarse en la casa y después ya vería por donde saldría. Así que pensó en ir por un carro, pero se le ocurrió que mejor para colarse sería dar la vuelta a la casa y entrar por detrás. así lo hizo y cuando dio la vuelta a la casa, el horrible animal allí estaba esperando. Así que el cura empezó a darse cuenta y a comprender lo que allí estaba pasando, y saco un "gisosipio" de agua bendita que llevaba guardado, y empezó a echarle agua bendita a aquella cosa.Como no acertara ni una sola vez la puntería, se le acabó el agua, y a la desesperada, le metió "el guisosipio" al jabalí por la boca, y gracias a esto pudo aprovechar para colarse en la casa. a la mañana siguiente, cuentan que mientras el padre se disponía a abandonar aquella casa, una paloma blanca escapaba por la chimenea y se perdía en el horizonte. era el alma del difunto que para salvarla, el padre Basilio tuvo que enfrentarse con el mismo Demonio en forma de jabalí. En recuerdo de esta historia, a aquella casa en donde ocurrió todo esto, se le llamó "donde pasó lo del Jabalí" y luego "del Jabalí" y cuando más tarde se hizo todo un pueblo, se siguió llamando "del Jabalí" Y donde paso todo fue en jabalí viejo que en aquellos entonces era un pinar.
LA LEYENDA DE LA VIRGEN DEL CARMEN Y LA MOLINERA
Una pareja del pueblo de Aljucer, se separa y la hija de ambos, queda bajo el cuidado paterno. Ella quería ser religiosa, e ingresar como monja en el convento de Verónicas, pero el padre se opone. Cierto día, es avisada de que su madre se muere, y abandona el hogar sin pedir permiso a su padre. Cuando regresa teme la represalia de éste.
Entonces es cuando ocurre un milagro que da origen a esta bella leyenda: alguien físicamente igual a ella, ha ocupado su lugar en su casa, y ha cenado con su padre. Se da cuenta inmediatamente, de que es la Virgen, y cuando se lo cuenta a su padre, accede por fin a su deseos de ser monja, y ésta ingresa en un convento.
LA LEYENDA DEL CASTILLO DE MONTEAGUDO Y SU TESORO OCULTO.
Un muchacho, Perete, natural de Cabezo de Churra, fue apresado y llevado ante el rey moro del Castillo de Monteagudo, al que sirvió y le enseñó las oscuras artes de la hechicería. Un buen día, aparece de visita en la casa de sus padres, y éstos lo reciben con gran entusiasmo, pero cuando llega el momento de partir hacia el castillo, al llegar al punto más alto de la montaña, entona unas misteriosas palabras que hacen retumbar todo el terreno, como si de un terremoto se tratara. por tres
veces., ¡Ya chie nun! y cómo un archiconocido "Ábrete Sésamo" (pero sin bandoleros a la vista), el monte se abrió, y de él salieron oscuras criaturas tales como pájaros, morciguillos (murciélagos) y mosquitos, que salieron volando, envolviéndose en la negrura de la noche. El muchacho horrorizado por este inesperado suceso, volvió, de nuevo. a repetir aquellas extrañas y mágicas palabras, y apareciendo una poderosa luz, la sima se cerró, engullendo todo el monte y dejando el castillo solo encima de un trozo de peña. Y colorín colorado, esta leyenda se ha acabado.
Moraleja: "No llames a la suerte, porque es una mal mandá, la estás llamando siempre, y no viene jamás. Y es una loca, porque aquel que no la quiere, ese es el que la logra."
Un muchacho, Pepurro, vecino del Palmar, que iba todos los días a por agua, a la pinada de Tizón, se tropieza misteriosamente, en este lugar, con una mujer anciana que le indica, que si quiere coger agua, tendrá que darle un beso antes, acto que el joven repudia, marchándose asqueado y, profiriendo todo tipo de improperios; cuando llega a su pueblo se lo cuenta a su madre y amigos que se ríen y burlan del muchacho por su reacción. Días después, vuelve de nuevo a por agua a la misma Fuente, cuando, se vuelve a visionar a la misma anciana de días atrás, que le vuelve a reiterar tan curiosa (y repelente) petición. El muchacho, pensándoselo mejor, parece recapacitar, entre divertido y curioso, besando a la anciana, que acto seguido, se transforma en una bella princesa mora, la cual le comunica que hasta ese momento, era víctima de un cruel encantamiento. Pero el joven, sospechando de las intenciones y las artes de la extraña señora no son de fiar, y sospechando tal vez, que el mismísimo diablo podía estar detrás de todo esto, salió despavorido, como alma que lleva el diablo, plantando a la mujer, y, según cuentan los lugareños, que en adelante dejó de salir agua de dicha fuente hasta nuestros días.
LA LEYENDA DE LA RUEDA DE LA ÑORA Y PORQUE SACA EL ASNO DEL CUERPO
Esta leyenda hace alusión al nacimiento de la famosa rueda de la Ñora, terrenos antes llamados del Tomillojo hasta el siglo XV y que mandó construir una señora rica del pueblo, a la que sus vecinos llamaban Pusmarina, que por la gracia del borrico de su hijo que se metía en tropecientos fregados con los monjes Jerónimos (que no olvidemos que introdujeron el cultivo del pimentón en estas tierras), éstos, hartos de tantos problemas con el muchacho, decidieron pedirle a la rica y roñosa señora un precio más que alto para la época, como pago para mantener la boca cerrada y no tener que meter al inquieto muchacho en problemas: que donara una cierta cantidad de dinero para construir una rueda en el pueblo con la que poder abastecerse de agua. El muchacho parecía que tenía el asno en el cuerpo de lo temerario y loco que estaba, pero Gracias a esta donación, fue construida una de las maravillas que tenemos en la huerta, (sin desdeñar a la que tenemos en Alcantarilla, claro) y desde ese día, el muchacho se calmó, y por ello se dice que se le salió el asno del cuerpo, suponemos, del escarmiento que llevó.