sábado, 12 de julio de 2025

SUPERMAN :QUIÉN TE SALVARÁ?




 Hay películas que entretienen y otras que activan preguntas más hondas. La última entrega de Superman —más que una película de acción o ciencia ficción— parece un mensaje en clave para los tiempos que vivimos. ¿Qué ocurre cuando incluso el salvador duda, se pierde o es traicionado? ¿Quién salva al que vino a salvarnos?


Desde su guarida de cristales de cuarzo gigantes en la Antártida hasta su exposición brutal a un sol amarillo regenerador, este Superman se muestra más humano que nunca. Aunque siga siendo un ser venido de otra estrella, habla el idioma de la herida, del abandono, de la soledad… y de la decisión individual de hacer el bien, cueste lo que cueste.


En esta película, los enemigos son múltiples y complejos: robots gigantes, una mujer mutante-híbrido, gobiernos corruptos, tecnología desbocada, clonado de cuerpos, universos paralelos. Pero lo más impactante es que el conflicto no se libra solo con fuerza: se libra con memoria, lealtad, traición, duda, conciencia, y una gran dosis de dolor emocional.


De dioses, padres y clones




Superman es perseguido, clonado, encerrado y casi derrotado por versiones de sí mismo, por una inteligencia robótica que se le infiltra. Su fortaleza es destruida, sus mensajes robados y manipulados, sus padres tergiversados. En un momento clave, la película lanza una verdad demoledora:


“Los padres no son quienes para decirle a los hijos lo que deben hacer, solo les dan las herramientas para que se equivoquen. Son sus actos los que los definen.”


No es solo un mensaje para Superman. Es para nosotros.


El alma que siempre vuelve


El perro. Fiel, intuitivo, casi espiritual. No es casualidad que sea quien lo salva en uno de sus momentos más vulnerables. El perro representa esa parte de nosotros que sabe regresar a casa, aunque esté todo en ruinas. Que huele la verdad, aunque no hable. Que muerde la mentira, aunque no entienda el discurso.


Y sí: también es quien rompe las cámaras-esferas donde todo es observado, grabado, manipulado. Qué hermoso símbolo de libertad pura.


Traiciones, portales y dimensiones


La película explora dimensiones alternativas, portales metálicos, universos de bolsillo, traiciones sentimentales y la fusión entre carne y máquina. Pero entre tanto caos visual, emerge algo más profundo: la lucha por conservar la esencia.


La figura de Lex Luthor como multimillonario manipulador que traduce a conveniencia el mensaje de los padres kryptonianos para justificar su tiranía, recuerda cómo en la Tierra, los poderosos retuercen el conocimiento para justificar la violencia.


La justicia no tiene capa, tiene corazón


En medio de todo, aparecen los metahumanos, los linternas verdes, los “nuevos aliados”. No como héroes perfectos, sino como almas comprometidas que luchan con sus propias contradicciones. Una “banda de la justicia” sin uniforme brillante, pero con fuerza espiritual. Que usa la tecnología (nanobots, energía, conocimiento) al servicio de la vida.


Incluso la mutante llamada “Ingeniera” y el monstruo dorado (tan Godzilla, tan fuego, tan miedo primigenio) son formas del desequilibrio que necesita ser enfrentado, pero no desde el músculo, sino desde la conciencia.


Final sin apocalipsis


Este no es un final feliz, pero sí un final honesto. Nadie “muere” (solo una persona por la que Superman llora), pero muchas máscaras caen. El clon cae en un agujero negro. Luthor es detenido, pero más importante aún: reconoce su debilidad humana. Lois y Superman se reencuentran, y aparece su prima —otra Supermana que, con desenfado, dice que sale de fiesta por otros planetas. Un toque de humor fresco tras tanta tensión.


¿Quién salva al salvador?


Quizás esa es la pregunta que atraviesa todo: ¿quién sostiene al que siempre sostiene a otros?

¿Quién cura al que cura?

¿Quién escucha al que escucha las voces del universo?


Superman no es invulnerable. Pero es libre. Y elige.



Cuando todo colapsa, queda la luz del sol interior. Ese que no está en el cielo, sino en nuestra memoria más antigua. Superman nos recuerda que no hay salvadores eternos, solo actos decididos de amor en el momento justo. Y eso, tal vez, también es magia.

jueves, 20 de marzo de 2025

CUANDO EL SACERDOTE ENTRA TODO SE CALMA


 Hola de nuevo, 

Hoy os traigo una historia, que me ha dejado los pelos de punta mientras me la relataban, recien sacada del horno del misterio. Resulta de que gracias a un par de buenos contactos que tengo en centros hospitalarios de la región de Murcia, hoy mismo me han relatado personalmente una historia que ocurrió hace tan solo unos días. 

El hospital en cuestión donde han sucedido los hechos, es el Virgen de la Arrixaca para más señas ubicado en la pedanía de El Palmar (de donde es Alcaraz).

La cosa ocurre de la siguiente manera: en un box de un departamento concreto, donde hay ubicadas unas máquinas que bombean suero, una a cada lado del paciente, los enfermeros se vuelven locos por tratar de apagar el dichoso ruido, porque las máquinas no cesan de pitar a cada momento, con la consiguiente molestia para enfermos y enfermeros, tratando sin éxito estos últimos de resolver la problemática sin conseguirlo. 

Pasa el tiempo y todos los intentos caen en saco roto, la máquina sigue emitiendo el molesto ruido y parece que ya no hay nada que pueda hacerla callar. 

Un paciente joven, un chico en la treintena, se encuentra muy grave, y son las máquinas de su alrededor las que se están volviendo locas. 

En un momento dado, el joven enfermo se encuentra ya en las últimas, y sus familiares deciden llamar al sacerdote para que le dé la extremaunción. 

Un sacerdote, uno de los que hay allí, en el hospital, sube a dársela al joven………cuando de repente al poner un pie en el umbral de la habitación, “las máquinas que no cesaban de emitir pitidos” se callan de golpe al unísono.

Los enfermeros me relatan “textualmente” que era como “si alguien invisible estuviera manipulando las dos máquinas” como “jugueteando con las máquinas” y en cuanto llegara el sacerdote, “parara de golpe”.

Durante el tiempo que estuvo el sacerdote allí y tras su marcha, no volvió a saltar ninguna de las máquinas. Y además ahora se ha colocado una pequeña estatua de la Virgen en un rinconcito y todo va como la seda. 

Aparte de lo insólito de este suceso, también lo es la segunda parte de la historia: el joven ya desahuciado por la enfermedad, después de recibir la extremaunción ha mejorado muchísimo y lo han subido a planta. Y no solo a él, sino a otro hombre más mayor que también su vida pendía de un hilo y recibió también la extremaunción (unción de enfermos) de este sacerdote a continuación de este joven enfermo, también mejoró su salud y ha subido a planta. 

Sería el espíritu del propio enfermo, este chico joven, quien estaba jugueteando con las máquinas a modo de llamar la atención? Eso no lo sabemos, pero tiene toda la pinta.

Lo que sí parece ser, es que el sacramento de la extremaunción en algunas personas obra una mejoría asombrosa. Lo que no quiere decir que luego terminen falleciendo, pero que mejoran a algunas personas momentáneamente o largo plazo, es indudable.