Son las ocho de la tarde. El día está nublado y amenaza tormenta. Pregunto a una mujer de mediana edad que juega en el parque con su nieta, por Carmina, la curandera de Puente Tocinos.
-"Es muy conocida aquí" todo el mundo va a su peluquería, que ahora regenta su nuera, ¿sabe?, pasa mucha gente por allí con males diversos y todos salen muy contentos. Dicen que esta buena mujer quita el mal de ojo, y cura otros males, aunque ha tenido una vida muy dura, ya que perdió a su hijo tras una larga y cruenta enfermedad, y aunque marcada por el dolor de la pérdida y el sufrimiento, ha sido una mujer con un comportamiento ejemplar, muy humana. Una excelente persona. Todo el mundo la quiere y la tiene en gran estima.
-¿Y sabe dónde puedo verla?
-Si, claro, en su peluquería, en la peluquería "Carmina" en una de las calles frente a la Iglesia del pueblo. Todo el mundo la conoce por allí, no tiene pérdida. Es una peluquería antigua, con dos escalones a la entrada.A Carmina hace poco que la operaron de una pierna y le cuesta andar, así que pasa bastante tiempo allí. (Si va a media tarde seguro que la encuentra por allí siempre atenta y dispuesta a echar una mano a su nuera).
Tras ésto, le dí las gracias y me dirigí hacia donde me había indicado la amable señora. No fue muy difícil encontrarla aunque tengo que reconocer que me equivoqué y me metí en dos peluquerías antes de encontrar la que buscaba.
Y allí sentada estaba Carmina, vestida de negro, e impecablemente peinada, de quién tanto había oído hablar sus proezas y que aún no tenía el gusto de conocer personalmente, por el momento.
Tras mirarme con sus inmensos ojos azules de arriba a abajo, me preguntó que quería, y sin tapujos ni pelos en la lengua, le dije que conocía a un par de personas que ella también conocía y que me habían contando que aunque no se dedicaba a la curación, le gustaba ayudar a las personas de manera desinteresada sin cobrar nada a nadie, ni siquiera la famosa "voluntad", que eso no iba con ella. Algo que alabé y me pareció muy altruista y generoso por su parte.
Le confesé que el motivo de mi visita era porque quería hacerle una entrevista para mi blog y sin ningún tipo de objeción me preguntó qué quería saber. Así que me contestó a las siguientes preguntas:
1-¿Cree usted en el mal de ojo?¿Es algo real?
Sí, y no. Hay pocas personas realmente víctimas del mal llamado "mal de ojo" porque en verdad se llama "el mal de la envidia", ya que quien lo echa es alguien que siente "deseos insanos" hacia otro, envidia desmedida que al final se transforma en odio, y esto es como un dardo envenenado que persigue al otro hasta hacerle desdichado. En los niños pequeños, más sensibles, se manifiesta como una enfermedad de la que los médicos no conocen qué la provoca. Se ponen pesados, irritables, enfermos, con problemas digestivos y sino se corta, "el aojo" puede llegar a peor. Yo he cortado mucho de este mal a muchas personas, la última, una señora que vino con su hija de treinta y tantos, que no paraba de llorar, porque el novio la había dejado, pero eso es otra historia. La chica no tenía mal de ojo. Lo que pasa es que la gente cuando le pasa algo para lo que no le encuentran explicación, lo achacan a este mal, utilizando como una especie de "cajón desastre para todos los males" y en verdad no es así.
2-¿Entonces lo del lacito rojo de los bebés, llevar las uñas encarnadas o los labios rojos para distraer la atención del aojador es mentira?
Fíjate si es mentira que mis nietas nunca han llevado ni lacitos rojos ni nada de toda esa parafernalia que no vale para nada. Quién tiene esa potestad de hacer el mal a través de la envidia, muchas veces no se da ni cuenta, no es consciente en muchas ocasiones de lo que está haciendo, y todo eso de la cultura popular no vale para nada. Deberían llamarlo "el mal de la envidia" no "el mal de ojo". Y sí, hay personas que pueden llegar a enfermar, niños y adultos, a través de ésto mismo, y de manera continua si tiene relación con ésta persona que se lo desea o con otras de su entorno.
Los hay auténticos charlatanes (aunque supongo que todos no lo serán), que enciman le cobran cantidades desorbitadas de dinero a pobres incautos a los que tienen enganchados con las "profecías de las cartas". Mire usted, por todos los lados están estas personas, y cada vez hay más, y una amiga mía que tenía un problema con un hijo suyo, fue a una de estas personas que le vaticinó que en el plazo de cuatro meses tendría a su hijo con ella. Esto fue hace unos años y aún está esperando. Encima la persona que le echó las cartas la mantuvo enganchada a las mismas y le sacó lo que no está escrito. Mire usted, ni los ángeles del cielo saben el futuro, cuanto menos las dichosas cartas. Y no entiendo cómo la gente puede pagar por ello. Yo jamás he cobrado un duro a nadie. Un día vino un hombre que tenía una de sus hijas pequeña enferma, y cuando terminé con ella, me preguntó que cuanto le debía, y yo le dije que nada. El hombre era chatarrero, y traía con él a su mujer y a sus cinco niños pequeños, y nos confesó que a veces pasaban mucha necesidad y no tenían ni para comer. Cuando les dije que no le cobraba nada, el hombre se puso a llorar.
Sé que hay gente que por todas estas cosas, por ayudar a los demás, le cobran a todo el mundo sin importarle lo más mínimo las personas y la situación en la que se encuentran. Pero hay que ser humano y ponerse en el lugar de las personas que vienen a pedir ayuda, muchos, desesperados como este padre que hubiera dado lo que fuera con tal de que ayudara a su pobre hija. Hay que ayudar de manera altruista a los demás.
4-Me han dicho que esto le viene de familia y que ya su madre mostraba estas cualidades....
Sí, mi abuela era una fenómeno, una fuera de serie. Una vez vino a buscarla una señora con su hija ya moza, y le pedió que le dijera que mal tenía la chicoa que no paraba de vomitar y se encontraba indispuesta desde hacía unos días. Mi abuela mirando a la muchacha le dijo a la madre: señora, su hija no está enferma, está embarazada. La señora, sorprendida miró a la hija que la miraba impactada; a continuación, mi abuela, le pasó la mano derecha por la barriga presagiando lo que venía en camino:
-"Mira, te quito la mano de la barriga, porque sino te los mato, pero no viene uno sino dos"..
La muchacha y su madre se miraron impactadas de escuchar semejante descubrimiento.
-¿Tienes novio formal muchacha? si, respondió la joven, sí hace siete años que le hablo...
- Pues te aconsejo que te cases y que cuando nazcan los bebes, me gustaría que me los trajeras para verlos....
Y así sucedió, mi abuela pudo conocer en persona a aquellas dos criaturas que aún no habían venido a éste mundo cuando mi abuela conoció su existencia.
En otra ocasión, mi abuela vió pasar un entierro por la puerta de su casa y dijo, Fulano tal, ha fallecido, y luego nos enteramos de que era cierto. Era esa persona.
Una señora que está peinándose junta a ella me indica que ella cree que su abuela le ayuda a curar, y le influencia en éstas cosas. Sonríe, y me indica que muy posiblemente sea así.
Pues les doy hierbas que tengo, como hierbaluisa, o hojas de nogal muy buenas para muchos males o le indico cuáles tienen que comprar para su dolencia para que se la tomen en infusión o se la apliquen en cataplasma. Por otro lado sé curar el herpes que es muy molesto. Corto el mal de ojo. Y mitigo los dolores de cabeza poniendo mis manos sobre la misma. Los dolores se calman o desaparecen por completo, eso dicen cuantos han pasado por aquí.
La señora que se está peinando que no se puede callar ni de bajo del agua, me vuelve a indicar: y además le pone las manos en la cabeza a la gente y la relaja de inmediato. Es mano de santo nunca mejor dicho. Mira que yo soy muy nerviosa y me recomendó que pusiera dos hojas de laurel en la almohada y me va estupendamente para dormir. Hija, !a mí es que me salvó la vida¡, dice con total devoción hacia Doña Carmina.
Fíjese usted que la llamaban las monjas de la residencia de ancianos para que fuera a ver al Padre Joseíco (ya fallecido) porque le dolía la cabeza, y ella iba y cuando le ponía las manos en la cabeza le calmaba mucho el dolor, así que siempre estaba por allí. Era un hombre muy bueno. Era especial. Siempre ayudando a los demás, en especial a los más pobres, a los que trataba con mucho cariño y dedicación. (Yo también asiento, puesto que también lo conocí ya que fué mi párroco durante muchos años).
Sí, un montón de veces, fue hace ya bastante tiempo, cuando durante una época me solía despertar extrañada, casi todas las noches a las cuatro en punto de la madrugada. Y con muchas ganas de escribir cosas que me venían a la cabeza. Yo pensaba que ésto, podía ser debido al estrés o a algún problema que me estuviera afectando por el día, pero la verdad es que no era nada de eso, como verás, porque un día, fui a Madrid a ver al Conde de Aracil, y me dijo que a esa hora de la madrugada es cuando están los espíritus más dispuestos, como más receptivos. y lo que me venía lo escribía, siendo muchas veces oraciones preciosas a Jesús o a Dios, fíjate si eran bonitas que una de ellas se la llevaron las monjas a la Iglesia de santa Catalina.
7.-¿En su opinión qué piensa usted sobre las "supuestas" apariciones marianas?¿Cree usted que en verdad en estas apariciones se manifiesta la Virgen?
Pues la verdad es que no puedo afirmar ni desmentir nada. Una vez fuimos un grupo de personas a visitar a una mujer que afirmaba que se le aparecía la Virgen, en un pueblo, y había hecho un pozo, y junto a él se había construido una casita en lo alto de una montaña, desde donde conjuraba las tormentas, para que lloviese, gracias a la Virgen, y el agua que se recogía en el pozo, era repartida a los fieles que estábamos allí abajo, supuestamente con la gracia de la Virgen.
Lo único que le puedo decir es que probemos el agua y no causó efecto alguno. Así que no puedo afirmar ni desmentir nada.
8.-Cuénteme algo más sobre su vida: usted perdió a un hijo cuando era joven....
Sí,hija, uno de mis hijos, que era músico, nació con una especie de pequeño huevo en la cabeza, que resultó ser un coágulo de sangre. Cuando se hizo más mayor aquello fué creciendo y aunque fué operado en diversas ocasiones, nada pudo hacerse por su vida. Se fué muy joven, en la flor de la vida.
9.-Pero según tengo entendido usted recogió a un muchacho de la calle, y lo adoptó, y dicen que se quieren como si fueran madre e hijo....
Sí, así es, esto ocurrió mucho antes de que mi hijo muriera. Una familia extranjera que tenía muchos hijos pequeños, no podía mantenerlos, ni siquiera cubrir las necesidades básicas de los niños. Me enteré de aquello y me dió mucha pena las penurias tan graves por las que estaban pasando esta familia, así que hablé con los padres y les pedí que me dejaran adoptar al más pequeño. Y así me lo llevé a mi casa, y cuando llegó, tenía la ropita tan rota y desgastada que aún recuerdo que fuí al mercado y le compré varias mudas para que fuera curioso. Cuando se puso la ropa y se vió, se puso a llorar emocionado, y no sabía cómo darme las gracias. No se me olvidará jamás. Lo quiero como a mi propio hijo y él a mi como a una madre.
(El muchacho es sordomudo, y aunque tímido se acerca por allí para ayudar en la peluquería, y nos mira con una sonrisa).
Ya son las nueve de la noche cuando entran dos hombres a la peluquería y uno de ellos pide ver a Carmina.
-Dime que quieres?-dice Carmina
-Quería saber si puede hacer algo con los herpes.......-dice el hombre
-Sí claro, ahora mismo me pongo contigo, espera un momento -dice Carmina.
El hombre toma asiento en un lado.
-Y cuánto le lleva usted por tratarle el herpes?-pregunté
-Nada, yo no cobro nada.
-¿Ni siquiera la voluntad como hacen algunos?-volví a señalar.
-No, hija, ni siquiera eso-respondió Carmina
-Todo el mundo tiene derecho a recibir mi ayuda, no sólo el que tiene dinero sino cualquier persona, por eso no cobro nada, para que pueda venir quien de verdad lo necesite, como la familia que te he contado antes. No sería lícito cobrarle a alguien que lo está pasando mal, por ayudarle.
Sabias palabras de esta mujer, que más allá que uno crea o no en sus dotes y sus conocimientos ancestrales, primigenios, de sus antepasados, de esa tierra nuestra donde había todo un "Vademécum ancestral huertano" con orines para las afecciones de la piel ( muy utilizado también para aclarar las manchas de la cara y las pecas), telas de araña para frenar hemorragias y prevenir infecciones, aceite de chicharras y otros insectos para el mal de oídos, curas con estiércol (a ver quién las aguanta)
Y fuera de la huerta, en el resto de la península tenemos remedios curanderiles con nombres muy sugerentes, como el “agua angélica”, o“agua de la vida”, (agua cocida con canela), para fiebres,“agua de estrellamar”, para dolores de costado, (infusión de la planta estrellamar), “agua de acederas”, para la peste (infusión hierba).“agua de las pilas usadas por los herreros”, para aliviar, o curar, las enfermedades de la piel y los dolores musculares. el “agua de cisterna”, utilizada para dolencias de garganta. Sin duda, remedios de nuestra madre tierra.