Si echamos un vistazo a los sistemas judiciales del mundo, nos encontramos con que en algunos condados de EEUU, existe la pena de muerte, en países no occidentales, tenemos el ojo por ojo, diente por diente (que no es un decir), y que decir si metemos en las tribus...pues no saldríamos vivos vaya.
Pero claro, llegamos a España, y aquí practicamos aquello de "ancha es Castilla", y parece que incluso estemos a favor de los sicarios.., pero esto no fué siempre así.
En la Murcia de antaño, aquella donde había más bandoleros que ciudadanos honrados por metro cuadrado, existía otro tipo de justicia, donde, parece ser que la justicia, no sólo cumplía con su papel, sino que encima, gustaba de exhibir sus trofeos, a modo de escarmiento público ante los atónitos ojos de sus ciudadanos.
No sé si sería un reino, en donde el terror campaba a sus anchas, pero estoy segura de que más de uno, se lo pensaría antes de cometer un delito, y de ir en contra de las leyes.
Bandoleros en el reino de Murcia, han habido bastantes, incluso algunos de renombre, pero uno muy famoso (más por la forma en que lo ajusticiaron que por sus hazañas) fué Jaime José Cayerano, después llamado Jaime Alfonso "El Barbudo" (dicen que era un bandolero, de buen corazón) ,nacido en Crevillente (Alicante) en 1783, se tiró media vida huyendo de la Justicia ( por un asunto de sangre) por las montañas murcianas y alicantinas, ha querido la ciudad, que no se pierda su peculiar y horrorosa forma de morir, que ha sido inmortalizada en la fachada del colegio Cierva Peñafiel, sito en la plaza de Santo Domingo, en pleno centro de Murcia, con la siguiente placa que reza lo que le aconteció:
Esto, choca con la modernidad y tolerancia de nuestra sociedad, en los tiempos que corren, es más, nos parece salvaje y bárbaro, hoy en día, que antes se pudieran hacer estas cosas, pero es que para Murcia, esto se queda en mantilla en comparación con los actos cometidos durante la guerra, ya que mi abuela me cuenta que "los rojos" le cortaban a los curas sus partes nobles, los colgaban a éstos de un palo en la iglesia de Floridablanca y en otras, y sus partes, las pinchaban en un palo y las exhibían sin pudor por las calles para medrar a los ciudadanos .
Si queréis saber su malograda historia, así como la encerrona que le prepararon para apresarle, podéis hacerlo en esta web: http://bandoleroromantico.blogspot.com.es/
Pero claro, llegamos a España, y aquí practicamos aquello de "ancha es Castilla", y parece que incluso estemos a favor de los sicarios.., pero esto no fué siempre así.
En la Murcia de antaño, aquella donde había más bandoleros que ciudadanos honrados por metro cuadrado, existía otro tipo de justicia, donde, parece ser que la justicia, no sólo cumplía con su papel, sino que encima, gustaba de exhibir sus trofeos, a modo de escarmiento público ante los atónitos ojos de sus ciudadanos.
No sé si sería un reino, en donde el terror campaba a sus anchas, pero estoy segura de que más de uno, se lo pensaría antes de cometer un delito, y de ir en contra de las leyes.
Bandoleros en el reino de Murcia, han habido bastantes, incluso algunos de renombre, pero uno muy famoso (más por la forma en que lo ajusticiaron que por sus hazañas) fué Jaime José Cayerano, después llamado Jaime Alfonso "El Barbudo" (dicen que era un bandolero, de buen corazón) ,nacido en Crevillente (Alicante) en 1783, se tiró media vida huyendo de la Justicia ( por un asunto de sangre) por las montañas murcianas y alicantinas, ha querido la ciudad, que no se pierda su peculiar y horrorosa forma de morir, que ha sido inmortalizada en la fachada del colegio Cierva Peñafiel, sito en la plaza de Santo Domingo, en pleno centro de Murcia, con la siguiente placa que reza lo que le aconteció:
(Me quedo con la duda de si después de freirlo alguien se lo comió, después de ser exhibidos en Crevillente, Hellín, Sax, Fortuna, Jumilla y Abanilla....) |
Esto, choca con la modernidad y tolerancia de nuestra sociedad, en los tiempos que corren, es más, nos parece salvaje y bárbaro, hoy en día, que antes se pudieran hacer estas cosas, pero es que para Murcia, esto se queda en mantilla en comparación con los actos cometidos durante la guerra, ya que mi abuela me cuenta que "los rojos" le cortaban a los curas sus partes nobles, los colgaban a éstos de un palo en la iglesia de Floridablanca y en otras, y sus partes, las pinchaban en un palo y las exhibían sin pudor por las calles para medrar a los ciudadanos .
Nunca podremos recuperar aquellas estampas de horror de la retina de aquellos ciudadanos murcianos, que se llevaron a la tumba, grabada en su mente, una estampa de la época, muy diferente a la de hoy en día.....
La moraleja que nos queda, si es que nos queda alguna, es que tras leer su vida y obra, al final, había que echarle la culpa a alguien de lo sucedido, y el "Barbudo" (pobre desgraciado), estaba en el lugar justo, en el momento adecuado, y confió demasiado en la suerte, para su infortunio.
cueva de la excomunión lugar de refugio del bandolero.(sierra de la pila) |
Si queréis saber su malograda historia, así como la encerrona que le prepararon para apresarle, podéis hacerlo en esta web: http://bandoleroromantico.blogspot.com.es/