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Somos muchos los que nos gustaría meter las narices en todas las consultas de los psiquiatras de nuestro país, y ver esos expedientes de pacientes un poco peculiares que han pasado y siguen pasando por sus consultas a lo largo de los años. Y es que algunos, por lo peculiares y extraordinarios que se salen de lo común del comportamiento humano, acaban en programas de la parrilla televisiva a horas del público familiar, y otros los más anómalos, quizás por esa condición y no siendo aptos para todos los públicos quizás acaban relegados a un horario más prohibitivo. Casos del famoso Doctor Jiménez del Oso, lograron a más de uno, arrancarle un guiño de asombro, y ahora tenemos al doctor psiquiatra forense de reconocido prestigio internacional José Miguel Gaona, que a parte de hacerse conocido por su trabajo y su campo de actuación, y por haber trabajado con otros colegas de gran prestigio, saltó a la fama y se hizo un rostro conocido por todos, por el programa Cuarto Milenio y ahora por su programa en youtube "La reunión secreta", donde tengo que decir que esta realizando una formidable labor, como profesional y como ser humano arrojando luz, a través de la pantalla a la mente humana, que está atravesando momentos muy duros protagonizados por el miedo y la incertidumbre, salpimentados por los bulos y los desafortunados consejos a veces inhumanos que se puedan escuchar.
En fin, que el otro día viendo el programa "Caso Cerrado" que se graba en Miami, de la jurista la Doctora Ana María Polo, donde casos dramatizados e interpretados en su gran mayoría por actores, que recrean situaciones reales de la vida misma, me tropecé, al psiquiatra José Miguel Gaona, invitado como experto en calidad de sus especialidad de psiquiatra, para que diese su opinión como profesional ante un caso más que rocambolesco.
No me extraña que en cuanto la doctora en leyes diera el mazazo y dijese su famosa frase "caso cerrado", Gaona, no se retirase a fin de poder quedarse a hablar con Polo, ya que normalmente, los expertos invitados se retiran en cuanto oyen las mágicas palabras que indican que el show se acabó. Pero Gaona se quedó allí plantado como un pino, a la espera de que todo el tinglado de su alrededor cobrara vida y tal vez pudiese intercambiar unas palabras con la doctora sobre lo sucedido y tal vez agradecerle que hubiese contado con él para dar su opinión profesional para este caso.
No es de extrañar que se conozcan, pues ella ha viajado por todo el mundo y ha estado en Madrid y Barcelona no hace demasiado tiempo.
En fin, el caso, sobre el que el intrépido doctor licenciado en los entresijos de la mente más puros y duros, tuvo que dar su veredicto, es el que sigue a continuación.
Verán, la protagonista, es una niña que nació en un país pobre y sin recursos, y que en su más tierna infancia vive feliz rodeada de los suyos. Paralelamente a la vida de ella, en su misma región, vive un hombre de mediana edad, que ama a su esposa y tiene una niña también. De pronto, se produce un desafortunado incidente en la vida de él, donde en un lastimoso accidente de tráfico, donde él iba manejando el auto, como suelen decir, su mujer fallece, como resultado de la brutal colisión con otro vehículo, y el hombre se queda viudo y al cuidado de la pequeña, debe tener escasamente un año o poco menos. En ese momento, se le ocurre una extraña idea a éste hombre llevado tal vez por los remordimientos y por el amor que debía de sentir por su desaparecida esposa: ¿y si existiera eso de la reencarnación y además su joven esposa hubiera vuelto por medio de este procedimiento a la vida, claro está en el cuerpo de otra persona? así que no se le ocurrió otra cosa que fijarse a ver qué niña había nacido en la misma fecha de la muerte de su esposa, y sí, había una. Así que con paciencia, esperó a que estuviera un poco crecidita, y cuando la niña, que vivía ajena a todo lo que estaba sucediendo en la cabeza de este hombre, cumplió los 10 años de edad (en algunas regiones se casan a esta edad y tienen hijos), el hombre hizo lo que tenía planeado hacer desde hacía tantos años: secuestrar a la niña y llevársela a su casa.
Y en ese momento, con el secuestro, se inicia un cuento de terror macabro, porque el hombre había cavado un hoyo profundo debajo de su cama, y metió a la niña, su víctima allí, en ese pequeñísimo zulo, dentro de su dormitorio que tenía cerrado con llave día y noche para que su hija, que tenía 12 o 13 años en aquel momento, no sospechara nada. Por supuesto los gritos de la niña encerrada bajo tierra, eran ahogados con la música a todo volumen que el secuestrador tenía puesta día y noche.
Y pasó el tiempo, el hombre la trataba bien, le daba de comer, y no le infligía daño alguno, convencido de que era la reencarnación de su esposa que había retornado a la vida. Pensaba sinceramente que era "su alma gemela", su otra mitad.
Y esto nos recuerda un poco a la película psicosis, donde el protagonista Norman Bates, toma el rol de su madre, a la que mantiene muerta en el sótano momificada. Pues en este caso en concreto, la obsesión del hombre, la locura y la maldad tienen cabida y están justificadas en la mente de este secuestrador y pedófilo al creer que la niña es su mujer fallecida.
Pero la historia da otra vuelta de tuerca aún más macabra, cuando en el trascurso de ese año en que el secuestrador la mantiene encerrada bajo tierra, considera, bajo la apreciación de su mente psicótica, que la niña, está un poco más crecidita (como en el cuento de la Bruja de Hansel y Gretel), de como se la llevó, y ello le incita a intentar tener relaciones sexuales con ella completas, algo que no pudo consumar del todo, porque la niña alegó que "aquello le dolía" y el hombre cesó el seguir con el acto sexual, y por consiguiente no siguió forzándola de ninguna manera.
El tiempo siguió pasando, y un buen día, al final del termino de ese año, la policía y cuerpos de seguridad se dirigen hacia la casa del captor, tras averiguar la identidad de éste, y tener conocimiento de los hechos. El secuestrador, en su casa, al oir las sirenas de la policía acercándose peligrosamente a su vivienda, le da tiempo a cometer dos actos: el primero, asesinar a la niña, a su víctima, que había permanecido un año en el zulo, aguantando todo tipo de situaciones inhumanas, sofocándola hasta la muerte, con un almohadón. Le pidió perdón por lo que estaba haciendo y allí mismo la asesinó. Y después de cometer éste acto atroz, se suicidó para no tener que pasar seguramente por lo que le venía encima y ahorrarse el mal trago.
Pero aquí, comienza lo rocambolesco: la niña, mientras está en el túnel de la muerte, ve a su secuestrador también allí (se acababa de suicidar y la acaba de asesinar a ella) y él le dice a ella que son "almas gemelas" y que siempre estarán juntos. Y le muestra una situación gratificante para ella.
Ella no se percibe del "chantaje emocional" y el "engaño" que le está mostrando este alma totalmente egoista: egoismo es por lo que se rigió para secuestrar a la pequeña, egoísmo fue lo que mostró cuando quiso satisfacer sus ansias sexuales con ella, y más egoísmo fue lo que mostró, asesinándola creyendo que su vida le pertenecía a él. Un alma tan egoísta y malvada, que aún en la muerte, intentó engañar a la pequeña vendiendole la moto como quien dice. Esto suele suceder a veces, cuando un alma entra confusa y otra trata de engañarla bien engañada.
Pero regresó del túnel, y no falleció gracias a la rápida actuación de los sanitarios que pudieron recuperarla con técnicas de reanimación, y pudo volver para contarlo y para volver a estar con sus padres y familiares.
El tiempo pasó, y la niña creció, y llegó el momento, de formar una familia. Conoció a un joven y cuando estaba tratando de mantener relaciones sexuales con su ya marido, ella veía al espíritu de su captor, que intentaba por todos los medios, que no tuviera relaciones sexuales con su esposo, sólo la quería para él, y aún quería mantener relaciones sexuales con ella, algo que afirmaba la joven, parece ser que conseguía.
Como ya se pueden imaginar, el esposo, estaba más que cansado de este cuento de fantasmas, y la cosa no sólo ya era de por sí disfuncional en la cama, con este ente molesto por medio, sino que encima, la joven había conseguido quedarse embarazada y había tenido un bebé al que llegó atacar en mitad de la noche, como si estuviera poseída, y había llegado a herirle seriamente. La joven había consultado a varios expertos psicólogos y psiquiatras y no habían conseguido ayudarla. Y el marido tenía miedo por la vida de su hijo, que ciertamente peligraba al lado de ésta joven.
El doctor Miguel Ángel Gaona, como experto psiquiatra, fue quien explicó que lo que la joven sentía aún por su captor, que era una especie de admiración y de afirmación en que su captor nunca le hizo daño, y añadió además que lo admiraba y que creía en lo que le decía, que era en verdad su alma gemela, es en verdad un síndrome bien conocido en donde a veces la víctima idealiza a su secuestrador, hasta tal punto, que crea una imagen mental, entre alucinaciones mentales, en la que idealiza al hombre que le hizo tanto daño, y que ella no puede verlo, sino como alguien digno de su compasión y totalmente digno de su amor. Así que el buen doctor le aconsejó ponerse en manos de un buen experto, seguir una terapia efectiva, y la jueza poner el niño a salvo de las agresiones de la madre.
Yo estoy de acuerdo en lo siguiente: no creo que la joven no esté mentalmente cuerda y esté fabulando al afirmar que "ve o percibe" el alma de su captor, ya que tuvo con él una relación, entre víctima y secuestrador, un lazo, que aún no parece haberse cortado más allá de la muerte de él. Y es por ello que este alma, viene a rondarle. Ella debe de celebrar una pequeña ceremonia, en donde "le de el perdón de corazón" a su captor. Que le ofrezca su perdón, por todo el daño que le hizo a su cuerpo, y a su mente, por esa infancia robada, por el susto del secuestro, por esos momentos de angustia y miedo que vivió en el zulo, por esos abusos sexuales cometidos contra su cuerpo, y su mente, por haberla casi asesinado, intentando robarle la vida, y sobre todo por todas las mentiras y embustes que cometió contra ella, en vida y muerte.
Y también le diría a ella, que se perdonara a sí misma, tras dejar ir el alma de su captor, por haberse creido la patraña mentirosa de éste, intentando robarle también su inocencia. Que se perdonara por todo ello.
Y seguro que después de todos estos perdones, y de cortar los lazos espirituales y dejar marchar toda la rabia, la pena, la culpa, el odio, el rencor, el miedo...viene el amor, que todo lo limpia.
No creo que necesite en verdad de un terapeuta, sino es para que le ayude a "tomar conciencia" de que debe terminar por idealizar la figura y los actos de su verdugo, y dar el perdón a éste y a sí misma, y cerrar las heridas del almas y de la mente que siguen abiertas, y que están perjudicando seriamente la integridad de su esposo, que la quiere, y la de su hijo, en la que proyecta seguramente todo el odio y la rabia de su corazón, y en el que se ve reflejada su imagen, con la imagen de la rabia, de una infancia robada. Sino, sus actos no tendrán coherencia alguna, más allá de los de una mujer totalmente perturbada, y enajenada, mostrándose como una loca furiosa. Así será percibida e incomprendida, como una loca furiosa.
Mi consejo: como dice la imagen que abre éste artículo, "A VECES, LA LOCURA DE UNOS, ES LA REALIDAD DE OTROS", así que nadie se deje engañar, para que no se aprovechen de él, en ésta realidad o en otras, quién sabe.