Mucho ruido y pocas nueces. Así se podría titular la segunda entrega de "Alicia a través del espejo" (escrita en 1871 seis años después de la primera). Porque aquí una sale maravillada, sin duda, tras contemplar un mundo de ilusión y fantasía que te deja ensimismada desde el primer fotograma. Pero todo tiene un pero, y ésta filmación, desde mi punto de vista tiene unos cuantos.
Un maquillaje demasiado recargado (que le chifla al cineasta Tim Burton, responsable de estos mundos mágicos y esos personajes estrafalarios a los que nos tiene acostumbrados) mezclados con grandes dosis de efectos especiales, más unos personajes huecos, planos, que no aportan nada nuevo a la película, hacen que el espectador se empiece a desinflar y aburrirse por los cuatro costados al poco de comenzar, ayudado y rematado, si se permite de un guión previsible hasta su finalización.
Tampoco se adapta a la trama del libro original, solamente en los muñecos de ajedrez y el tema del espejo como pasadizo de entrada a ese mundo onírico de fantasía que tanto le gusta dejarse caer por él a la protagonista.
Y es que su creador, al que podría etiquetar como "el hombre tras el espejo", Lewis Carroll, era un sujeto extravagante e inquieto. que no sólo se dedicaba a escribir sino que también fué inventor, fotográfo, profesor de matemáticas en Oxford (escribió casi una docena de textos matemáticos), aunque más conocido por su labor como escritor, hizo fotografías como aficionado entre 1856 y 1880.
Sus modelos favoritas eran niñas de corta edad, hijas de sus compañeros de la universidad o de amigos y también algunas que conocía por la calle; en su estudio, y siempre con permiso paterno, las fotografiaba mientras las distraía con cuentos, acertijos y juegos. Tenía un baúl de trajes con los que muchas veces las disfrazaba para representar personajes de cuento o de leyenda o situaciones como la mendicidad, y una de ellas, Alice Liddel, con la que se decía que estaba obsesionado, parece ser que fué su musa para protagonizar su conocidas e inmortales obras. Lo cierto y verdad es que ella se casó, con otro y su tercer hijo se llamó Caryl Liddell Hargreaves, no sabemos si en alusión a Carroll. (incluso en una fiesta llegó a conocer a Peter Llewelyn-Davies, uno de los hermanos que inspiraron el personaje de Peter Pan). Y por cierto, Lewis Carroll no sólo fué sospechoso de ser un pederasta, sino también de ser nada más y nada menos que el famoso Jack el Destripador!...
La trama, ambientada en Londres en 1875, preñada de metáforas y simbolismo, para quien sepa leer entre líneas, comienza desde una premisa que nos da la clave de lo que va a ir a continuación: un barco capitaneado por Alicia, que navega enmedio de un mar revuelto en plena noche, con grandes dificultades para llegar a buen puerto por los obstáculos. Como la vida misma. Representa la libertad de la persona, el querer conocer nuevos lugares más allá del charco.pero por otro lado nos deja claro que el subconsciente de la protagonista con esas olas enfurecidas ,está lleno de preocupaciones, con una inquietud muy grande, como veremos después por preocupaciones y discusiones familiares. En concreto con su madre. Con la que sigue teniendo el viejo conflicto familiar que le persigue de la primera entrega, en la eterna obligación de contraer matrimonio. Y aquí, aparece algo extraño: Alicia es capitán de barco, algo que le apasiona. Y por otro lado, no quiere casarse y tampoco se molesta en buscar al candidato ideal, es más ni le interesa, con
lo cual me lleva a pensar que tal vez, Alicia, tuviera inclinaciones sexuales hacia su mismo sexo y no le interesara tener relaciones con el sexo opuesto.Tras ésto, la mariposa Absolom, es la encargada en esta nueva entrega, de guiarla en su camino hacia el mundo onírico de la fantasía a través de un espejo (otro nexo de unión entre realidades , ya sea la mente, u otros planos existenciales. Me recordó la trilogía de David Lozano "La puerta Oscura" , donde los espíritus se asomaban a los espejos para comunicarse con los vivos).Y, luego están los corpulentos hermanos gemelos que aparecen en su primera obra, en una posible alusión entre el cielo-la tierra, como una simbología hermética, como el símbolo de Géminis, algo que ya aparecía en la tradición Azteca, en el dios Quetzalcóatl y su gemelo Xólotl, uno luminoso, y otro oscuro, También, en el Popol-Vuh, Hunahpú e Ixbalamqué, los muchachos, que son un par de gemelos que juegan a la pelota con el globo del cosmos. Entre los griegos los son Cástor y Pólux. Para los romanos, Rómulo y Remo, Según Platón los reyes insulares de la Atlántida, Atlas y Gadiros, tenían esta condición. En el Antiguo Testamento Esaú es sustituido por Jacob, También Jesús tiene un gemelo: Tomás (Dídimo), mencionado en los Evangelios Apócrifos,
La mente como un espejo ¿quién entra y quién sale? |
Y he aquí de nuevo ese símbolismo del que me refería anteriormente, con la comparativa de la mariposa con el alma, ya que los griegos (y otras muchas culturas) creían en ello, (ahí está la película "Butterfly" del exitoso actor Kevin Costner sobre el tema), en una entidad espiritual que podía desplazarse, volar, entre ambos mundos, el de los vivos y el de los muertos, debido, posiblemente a la ligereza de su vuelo y a su bella metamorfosis.
Por ello, como conexión, o conectores, entre ambos mundos, entre dimensiones, también se considera que pueden ser capaces de transportar las almas de los muertos (en la ECM (experiencia cercana a la muerte) que experimentó el doctor Eben Alexandre, afirmó ser transportado en las alas de una gigantesca y bellísima mariposa multicolor a otros mundos o planos de existencia, junto a una bella joven desconocida. Es decir, su alma, era transportada, a lomos de una mariposa, al mundo espiritual). En la tradición y en el folclore, en Irlanda, alrededor del siglo XVII, se creía que las mariposas blancas poseían el alma de los niños muertos inocentes y puros, por lo que se prohibía matarlas.
En otras culturas mucho más lejanas en el tiempo y en la distancia, como la japonesa, también se considera que el alma de una persona viva o muerta, se puede reencarnar en una mariposa. Una persona viva puede mientras esté soñando, proyectar su alma o inconsciente hasta una mariposa para volar libre por este mundo. Mientras que los muertos pueden reencarnar en una mariposa para regresar y cuidar a sus familiares o seres queridos que han dejado atrás.
Porque el cuento de Alicia en su mundo fantástico no siempre ha sido un cuento agradable y de buenos augurios. El "Alice" de 1988, del checo Jan Svankmajer muestra un mundo onírico plagado de pesadillas. El conejo blanco es el resultado de un taxidermista juguetón que pone la carne de gallina cuando devora el aserrín que rellena su cuerpo, la pequeña Alicia se convierte en una muñeca, desfilan cráneos y calcetines que toman vida ante la niña: una macabro baile que muestra la realidad en que está sumergida la pequeña: la soledad de la infancia y al mismo tiempo la fantasía con que ésta pretende hacerle frente.
Y para rizar más aún el rizo, si es que se puede, existe un libro, o mejor dicho una serie de novelas, tituladas"La guerra de los espejos" Frank Beddor de en donde se señala que esta niña y sus amiguitos (nada inocentes al parecer) toman drogas, practican sexo y coquetean con el satanismo, y la magia amén de la pedofilia como antes he señalado. En fin, que el conejo blanco realmente sería el tutor de Alicia, y el es en realidad un muy ágil guardaespaldas.