jueves, 15 de enero de 2015

EXPERIENCIA DE PRE-MUERTE Y HECHIZOS DE SANTA TERESA DE JESÚS


Teresa de Cepeda y Ahumada
Hola a todos/as!!
En este post vamos a hablar de una experiencia de pre-muerte y hechizo del que fue testigo, su protagonista, Santa Teresa de Jesús, recogidos ambos en su libro autobiográfico "El libro de la vida" (del cual recomiendo su lectura).
Santa Teresa de Jesús según su testimonio, era una persona muy noble y pura, con una rectitud de espíritu envidiable, aunque como todos sabemos, todos los santos han sido tentados con el mal, y a base de bien, pero si están en los altares es porque han sabido vencer la tentación y volver a la línea recta sin ningún quebranto.
Ella fué  una persona muy valiente en su época, al retratar estas experiencias en primera persona para dejarnos su testimonio, ya que en aquel entonces, la Iglesia católica tachaba este tipo de experiencias como "extrañas", sucesos que se salen fuera del misticismo propio de los santos, algo que sin duda era fruto del maligno, o el susodicho estaba loco o era pura imaginación.
Celda de Santa Teresa
Ahora que están tan en boca las Experiencias cercanas a la muerte (ECM), parece que estamos ante una situación más que contradictoria. Y me explico. Por un lado los protagonistas de estas experiencias, sus experiencias propias, las narran, la gran mayoría, como algo casi mágico, con seres de luz, o figuras religiosas, con la visita de amigos y familiares difuntos, mascotas desaparecidas, ángeles, y todo se desarrolla en lugar idílico, de fábula, lugares en donde todos van de blanco y cantan y ríen, en donde no hay dolor y sufrimiento y en donde no existe el tiempo, o se percibe de forma diferente al de la tierra. Pero en contraposición a ésto, también están los relatos, también subjetivos, de aquellas personas que han sido testigos, voluntaria e involuntariamente, de apariciones fantasmales, voces, ruidos, etc, y la mayor parte de las psicofonías, son ruidos, golpes, mensajes amenazadores, espiritus mentirosos o burlones, demonios, encuentros terroríficos con fantasmas o entes, golpes que parecen provenir del mismísimo Hades, intentos de hacernos daño a través de íncubos, súcubos, etc, muertos que vuelven de su tumba para asustar a los vivos... fallecidos que se muestran, que no hablan y que parecen que tienen algo pendiente en el mundo de los vivos....
Esto no cuadra. Si los que relatan las ECM, dicen que después viene el túnel, la carretera o lo que sea con una luz que les atrae hasta que se marchan y viajan al mundo espiritual de luz, ¿porqué estas personas, los testigos vivos relatan otro tipo de encuentros con el otro lado bastantes desagradables y terroríficos? ¿Porqué nos da miedo todo esto y se nos presenta de esta manera tan horrible y desagradable si en las ECM se nos dicen que todos son jóvenes y no tienen enfermedad alguna? ¿Porqué algunas personas entonces afirman ver espíritus de personas mayores con el bastón cojeando, con las mismas malas purgas de antes? ¿No deberían manifestarse jóvenes y sin enfermedad, sin cojera? ...No tengo las respuestas pero desde luego hay un choque de información en donde ni los que han tenido una ECM mienten ni los testigos de hechos paranormales tampoco.
Por ello creo que debemos seguir ahondando en este tema, porque tal vez hayan más cosas entre cielo y tierra de lo que nos han contado.
Ahora os dejo con estos relatos, de Santa Teresa de Jesús, que bien podrían ser de hoy en día.
"Libro de la vida"


El HECHIZO (página 78, capítulo V punto 4 y sucesivos)

Santa Teresa era muy amiga de un sacerdote y éste a su vez, también lo era de una mujer del mismo lugar ( Teresa deja entrever que este señor, a pesar de su condición de sacerdote, era muy enamoradizo, y que incluso intentó tener algo con ella, cosa que ella rechazó y le advirtió de que estaba en "pecado mortal").
Pues bien, Santa Teresa trata de ayudarlo informándose sobre esta mujer, y al poco se da cuenta de que el sacerdote no tenía tanta culpa de tener una relación aquella, ya que, según descubre, el sacerdote está siendo víctima de un hechizo, ya que lleva atado al cuello un "idolillo" de cobre,  que ésta le había puesto, como prenda de su amor, y por ello no dejaba que la nadie se lo quitara del cuello.
Santa Teresa nos indica de que ella no cree en los hechizos, ni en los embrujos, porque la única verdad es que esta persona le ha perdido la vergüenza a Dios, pero aún así, quiere dar su testimonio de que quizás se puede manipular la voluntad de las personas con malas artes.
En fin, Teresa urde un plan que consiste en fingir demostrarle su amor, para poder acercarse a él hasta que ella le pide que  le de el idolillo. Lo coge y lo tira a un río.
Después dice que tras habérselo quitado, el sacerdote comenzó a mostrarse como quién despierta de un largo letargo, y se dió cuenta de todo lo que había hecho mal en todos aquello años, y comenzó a dar gracias a Dios por darle la luz. Murió un año después.

EXPERIENCIA PRE-MUERTE ( página 80, capitulo V, punto 7)

Al poco tiempo, Santa Teresa, enfermó gravemente de  tuberculosis, siendo deshauciada por varios médicos que la visitaron en el convento.
Ella intentó confesarse viendo la muerte encima, más no llegaba el momento de hacerlo por unas y otras cosas. Así que una noche después de agravarse su terrible enfermedad, tosiendo sin parar, sin comer, a base de purgas, y de sufrir dolores terribles día y noche, se queda sin sentido durante cuatro días.
Pensando que había fallecido o que estaba en los últimos estertores, le dieron la Santa Unción, mientras rezaban sin cesar el Credo. Hasta le llegaron a sellar con cera los ojos para amortajarla. Le abrieron la sepultura en su monasterio, mientras esperaban para recibir su cuerpo. Ella, mientras, y aunque no lo dice, parece ser que estaba penando porque no se había confesado.
Pero sin esperarlo nadie y hasta con los ojos pegados por la cera, despertó, y pidió confesarse y comulgar.
Según Santa Teresa, Dios decidió devolverla a la vida, tras  escuchar las plegarias que se le dedicaban, pero fué especialmente la de un fraile que estaba fuera de allí, según relata, quién escuchó Dios para retornarla.
Cuando retornó al cuerpo, después de esos cuatro días sin sentido, tenía la lengua hecha pedazos, la garganta dolorida de no haber tomado nada, hasta tal punto, que el agua no le pasaba; dolores de cuerpo horribles, y no podía ni moverse, peor que si estuviera muerta, estuvo así ocho meses y tardó tres años en reponerse totalmente.

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