martes, 3 de diciembre de 2013

APARICIONES EN LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO JAVIER DE MURCIA AÑOS 90

0662bHola de nuevo!! En este martes tan nublado, donde el sol asoma la cabeza tímidamente, y que es la festividad de San Francisco Javier, os quería hablar de la que fué mi iglesia en los años mozos, allá por los 90.
Que puedo decir de este santo, sino una de sus frases  Basta Señor: si me mandas tantos consuelos me vas a hacer morir de amor”.

Iglesia de San Francisco JavierYo por aquella época vivía en el barrio de San Antón del centro de Murcia, e iba a la iglesia de allí, la iglesia de San Francisco Javier, magnífica iglesia, con dos cuernos para arriba (que parece otra cosa) de estilo moderno (hoy en día hacen iglesias que parecen platillos volantes, o jarrones abstractos, o cuernos hacia el cielo, de todo, y no es la primera vez que alguien confunde una iglesia con otra cosa), así que fuí durante varios años a esta iglesia, donde oficiaba misa un sacerdote, "el padre Joseíco", a quién admiré en la distancia, (yo llegué a cantar en el coro durante una temporada, hasta que mis padres decidieron sentarse en primera fila y mirarme con caras de besugo, y eso me puso tan nerviosa, vamos me intimidó tanto, que decidí no ir más).
Para hablar del Padre Joseíco, necesitaría un blog más, pero en escasas líneas diré que era un ejemplo de persona a seguir: la gente le daba ropa, y él se la daba a los pobres que  no tenían nada que se acercaban por allí, repartía comida, si alguien necesitaba algo, él ya estaba presto a ayudarle, buena persona a rabiar, de esas que ya no quedan, honesto consigo mismo y con sus creencias y con los demás. Ahora que tanto ha llovido sobre la iglesia y los curas, puedo decir que este señor era un modelo de persona en extinción. Pero a veces ocurren estos milagros: estas personas aparecen para enseñarnos que ser buena persona lleva su sacrificio pero se obtiene su recompensa.


Pero vayamos al hecho: en los últimos años de sacerdocio del Padre Joseíco que fueron en esa parroquia, (se retiró de la vida sacerdotal por culpa del alzheimer, y pasó sus últimos días en la residencia de ancianos de la carretera de Puente Tocinos, atendido por las monjas), vino un joven párroco (excelente persona, del que todavía algunos  parroquianos tenemos la estampita con su foto) para ayudarle con las misas y para poder reemplazar a Joseíco llegado el momento; este muchacho no estuvo mucho tiempo celebrando misas porque murió al poco tiempo. Durante la celebración de una misa, con todos los parroquianos presentes, vió como una luz muy intensa, cegadora, salía del crucifijo que preside la iglesia en el altar,  que fué tan intensa que le cegó los ojos y casi cayó al suelo durante un instante, y los presentes que no vieron nada, sólo oyeron unas temblorosas palabras de disculpas , de algo que sólo él había visto. Poco tiempo después de esto, en su habitación, una noche  vió un crucifijo envuelto en luz que se le aparece para su asombro. Un par de días después, fueron por la mañana a su habitación y lo encontraron muerto de un infarto. La gente de allí, habló de que Dios se lo llevó de tan bueno que era. Nadie sabrá jamás que le pasó y que vió antes de ese infarto. Un testigo del misterio, de lo inexplicable, que ya no tiene voz para relatarnos que vió, que le llevó a la muerte.
 Nadie ha vuelto a saber nada de este misterio de apariciones misteriosas, sin explicación, aparente que cuando llegan estas fechas, aún conservamos en el recuerdo aquellos que estuvimos allí en aquel entonces y fuimos testigos indirectos de lo "insólito"  y del misticismo que tuvo lugar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario